El coco se está convirtiendo en el medio de cultivo favorito a nivel mundial, pero es aun un producto relativamente nuevo en la industria. Aunque su potencial como medio de cultivo ya fue puesto en conocimiento de la Royal Horticultural Society (Real Sociedad de Horticultura) en el siglo XIX, no fue hasta finales de los setenta, principios de los ochenta, cuando comenzó a tener el debido reconocimiento. Dicho reconocimiento no fue inmediato debido a la falta de conocimiento sobre sus propiedades físicas y químicas, pero una vez se tuvo la información necesaria para comprender cómo funcionaba, su popularidad despegó. Pero, ¿qué problemas podrían surgir utilizando coco como medio de cultivo?

Propiedades básicas que deberías conocer

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Solución de problemas que puede entrañar el cultivo en sustrato de coco

Hay que tener presente que los cocoteros son capaces de absorber agua del mar. Han desarrollado la capacidad de concentrar una cantidad suficiente de iones alrededor de las células que permite la progresión de la osmosis y la absorción por parte de la planta de ese agua de mar de EC alta. Es esta capacidad la que define las características del coco como medio de cultivo, tanto positivas como negativas.

Es además debido a ello que el tejido de la cáscara del coco sea muy duro y de lenta descomposición, pudiendo así proteger el desarrollo de un embrión y futuro árbol mientras flota en el océano durante un considerable periodo de tiempo, antes de aterrizar en una nueva playa y germinar. Esta información sobre la composición del tejido del coco y la duración y funcionamiento de su descomposición permite el desarrollo de un medio de cultivo del que conocemos bien tanto la estructura física como el tiempo que sus atributos seguirán en condiciones óptimas para su buen funcionamiento como medio de cultivo.

Tanto las fibras como la turba de coco, producto este último resultado de su descomposición, forman parte de la estructura física de este medio de cultivo. Una vez se han eliminado las partes comestibles del coco, la cáscara es ablandada y las fibras separadas, resultando de ello tanto fibras largas muy duras que pueden ser utilizadas para producir alfombras y escobas, como fibras más cortas que dan lugar a una estructura rugosa que confiere al sustrato de coco su característica porosidad. Otro producto extraído en el proceso es la turba o polvo de coco, que está compuesta por partículas de coco que actúan como pequeñas esponjas. Este componente no solo mejora la estructura del medio de cultivo, sino que también permite una gran retención de agua. Tras el tiempo adecuado de compostaje y procesado a base de movimiento y secado constante, la consistencia de la turba alcanza su nivel óptimo y su composición química es más estable y apropiada para el cultivo, aunque aún será necesario realizarle algunos ajustes.

Una vez fragmentada la cáscara el proceso de descomposición se acelera. Los iones concentrados (sales) son liberados muy rápidamente. Un escrupuloso seguimiento de este proceso y de su duración es llevado a cabo hasta que el nivel de iones liberados es aceptable y el coco puede ser utilizado para el cultivo. Durante dicho proceso, las zonas donde se produce la liberación de iones como el sodio y el potasio funcionarán, a partir de ese momento, como áreas con capacidad de intercambio catiónico (CIC), a las que un nutriente beneficioso para la planta se puede adherir, al igual que ocurre en un buen suelo mineral. A partir de este momento será necesario ajustarle el pH con productos diseñados para ello, y para mantener unos niveles que aseguren la disponibilidad de estos elementos para las plantas. Los iones o sales sobrantes son liberados durante todo el proceso de descomposición, por lo que deberá realizarse un control constante.

Los principales factores a tener en cuenta en el uso del sustrato de coco como medio de cultivo son:

  1. El uso de un sustrato de coco que haya tenido el tratamiento adecuado y sea de una calidad consistente tanto en su composición química como en su estructura física.
  2. Asegurarse de que el coco que compone el sustrato haya madurado el tiempo suficiente para maximizar la eficiencia y calidad del producto.
  3. Que el sustrato haya sido correctamente equilibrado mediante la aplicación de una solución reguladora ajustada a las características de cada lote.
  4. La disponibilidad de una solución de nutrientes diseñada para alimentar a la planta y que controle y reajuste la constante descomposición del medio.

Aunque existen otros factores a considerar, estos son los únicos que de los que se hablará este artículo.

La producción de un sustrato de coco de buena calidad consiste en un procesado intensivo que tiene meses de duración. Para poder ser utilizado como medio de cultivo, el material derivado de la cáscara del coco debe ser madurado, lavado, tratado y enjuagado. Si este proceso no se lleva a cabo, o no se hace correctamente, existirá el riesgo de que la cosecha tenga un aspecto menos saludable del que debería ser, así como de deficiencias de potasio o calcio.

Una vez dicho proceso ha sido completado, el coco debe ser secado para poder comprimirlo y prepararlo para su distribución. El proceso de secado depende, lógicamente, de las condiciones climáticas, por lo que los buenos productores se asegurarán de tener suficiente coco almacenado para pasar la época de lluvias u otros periodos de clima húmedo. Es igualmente necesario que los productores tomen precauciones ante el riesgo de contaminación imprevista, la cual puede ser debida a la presencia de hierbas (tropicales), patógenos humanos o a la mezcla con coco que no haya sido madurado correctamente o con otras sustancias como la arena. Cualquiera de estas impurezas podría causar problemas durante el cultivo.

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Solución de problemas que puede entrañar el cultivo en sustrato de coco
Imagen 1: área buena de secado
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Solución de problemas que puede entrañar el cultivo en sustrato de coco
Imagen 2: área de secado con gran riesgo de contaminación

Para evitar una contaminación del producto los buenos fabricantes de sustrato de coco tomarán medidas para proteger el coco durante su secado tales como el uso de pantallas protectoras, un área de secado limpia, el análisis regular de muestras del producto en el laboratorio, el uso de zonas adecuadas de almacenamiento y el seguimiento de los procedimientos adecuados durante todo el proceso. Las dos imágenes anteriores (imágenes 1 y 2) muestran ejemplos de áreas de secado adecuadas e inadecuadas. En la segunda imagen se puede observar que no se han tomado las precauciones necesarias, con lo que la probabilidad de presencia de impurezas en el producto será mucho mayor. En la primera imagen puedes ver una zona de secado delimitada por un muro para minimizar el riesgo de contaminación del producto.

Cultivo en coco – solución de problemas

A pesar de que aun no se conozcan todos los mecanismos que lo hacen posible, es un hecho incuestionable que cuando se utiliza un buen sustrato de coco como medio de cultivo es posible alcanzar resultados excepcionales, y es por ello que la investigación sobre las propiedades del coco sigue vigente. Un crecimiento más rápido, plantas más sanas, un follaje exuberante y una gran adaptabilidad son algunos de los hechos que avalan los exitosos resultados en las pruebas del producto. Se sabe desde hace tiempo -y ha sido corroborado recientemente- que determinadas características del sustrato de coco, así como la microflora y fauna que se desarrollan en él, favorecen el buen desarrollo de la planta. La disponibilidad de nutrientes en el sustrato de coco es excepcionalmente alta debido a que los nutrientes no se le adhieren, ni su estructura o composición afecta a la solución de nutrientes en modo alguno. Además, el sustrato de coco regula el pH sin necesidad de reajustes entre cosechas. Sin embargo, nada de esto sería posible si no se llevase a cabo un apropiado proceso de amortiguación antes de su uso, amortiguación que se mantendrá simplemente añadiendo la conveniente solución de nutrientes en el modo recomendado.

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Solución de problemas que puede entrañar el cultivo en sustrato de coco
Imagen 3: Instalación de un tensiómetro durante un ensayo de cultivo de tomate en planchas de coco. El transductor de presión es reemplazado por un sistema de grabación digital.

Por el contrario, el uso de un mal coco es sinónimo de un desastre asegurado y de una mayor carga de trabajo durante el cultivo. Esterilizar el coco mediante vapor o el uso de químicos tóxicos destruirá los elementos beneficiosos del producto. Si este no ha sido enjuagado antes de su embalado, o el enjuage no ha sido el adecuado (insuficiente o con un tipo de agua no apta para ello), mantendrá unos niveles de sal altos. Por otro lado, si la amortiguación no se lleva a cabo correctamente se producirán deficiencias notables en la química del producto. Un coco que no ha madurado lo suficiente o que lo ha hecho en exceso supondrá igualmente un problema debido a la inconsistencia de su composición, y las consecuencias irán desde considerables fluctuaciones tanto de la EC como del pH, a una estructura física inestable que sufrirá cambios rápidos. Sales como el sodio, el potasio o el cloro serán producidas constantemente y deberán ser eliminadas, o sus efectos neutralizados de algún modo. Obtener un buen sustrato de coco implica gran cantidad de trabajo y preparación.

Uno de los mayores problemas con el coco radica en el riego. El coco actúa como una esponja, absorbiendo y reteniendo el agua y, al igual que una esponja, suelta el agua cuando se le comprime, pero, aunque quede húmedo, puede que ese nivel de humedad no sea suficiente para las plantas. Por otro parte, regar el coco constantemente supone incurrir en un exceso de riego, ya que lo recomendable es regar cuando se haya secado un mínimo del 50% del sustrato, siendo mejor incluso que sea haga partir del 70%, especialmente durante las primeras semanas del cultivo, que es cuando se forman la mayoría de las raíces. El motivo de ello es que las raíces necesitan oxígeno además de agua, y donde hay agua no hay aire. Un método fiable y sofisticado para saber el agua que hay disponible para las plantas en el sustrato es el uso del tensiómetro (ver imágenes 3 y 4). Se trata de un aparato que determina el potencial hídrico de un sustrato -la fuerza necesaria para extraer agua del sustrato-, dando los valores más bajos con la tierra más húmeda y los más altos con la más seca.

Sin embargo, existe un modo más fácil y económico de determinar la cantidad de agua disponible para tus plantas. Este consiste en regar una de las macetas o contenedores de cultivo y pesarlo una vez haya expulsado el sobrante de agua, después habrá que dejar que la planta se seque hasta alcanzar el punto de marchitez permanente, y entonces se pesará la planta de nuevo. La diferencia entre los dos pesos te dará la cantidad de agua disponible para tus plantas, y de este modo sabrás que cuando un 50 –70% de esta cantidad haya sido absorbida por tus plantas (necesitarás pesar la planta para averiguarlo), será el momento de regar la planta de nuevo. No es aconsejable dejar que las plantas alcancen el punto de marchitez, pero realizar esta prueba una vez merecerá la pena para un mejor control del riego de tu cultivo.

Si se utiliza agua corriente en un coco estabilizado, el amortiguado se desequilibrará y surgirá el siguiente problema. El equilibrio químico del coco es crítico por tres motivos. En primer lugar, nos encontramos con que el pH propio del coco no es el ideal, por lo que necesita ser ajustado. En segundo lugar está el hecho de que la CIC mencionada anteriormente no es la CIC real en el sentido clásico del término, ya que aunque se dará una gran retención de cationes monovalentes (iones con una sola carga positiva) al neutralizar cargas negativas, algunos iones bivalentes como el calcio o el magnesio se adherirán con más fuerza aun, dejando así de estar disponibles para la planta; además el intercambio continuará con el avance de la descomposición. Por último, la liberación de otros iones según se descompone el coco desestabiliza la adecuada proporción de elementos en el intercambio, haciendo que muchos de ellos dejen de estar disponibles para la planta. La amortiguación del sustrato soluciona temporalmente este problema ya que se ocuparán los espacios con capacidad de intercambio catiónico con elementos bivalentes, a la vez que se estabiliza el pH al nivel deseado y se corrige la proporción de elementos del intercambio.

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Solución de problemas que puede entrañar el cultivo en sustrato de coco
Imagen 4: Vista esquemática de un tensiómetro

Si el agua utilizada para la mezcla de nutrientes es muy blanda, la concentración de nutrientes añadida deberá ser mayor, ya que, en caso contrario, al apropiarse el coco de parte de los nutrientes (debido a las peculiaridades de su equilibrio químico mencionadas en el párrafo anterior), se produciría una deficiencia de calcio. Con la popularidad de los sistemas de ósmosis inversa disparada, este problema está cada vez más presente. El plan seguido por los cultivadores consiste en el uso de agua pura, una nutrición ligera para evitar quemar las plantas y alimentarlas frecuentemente para que el proceso de crecimiento fluya, sin embargo, el tener que llevar a cabo este proceso durante todo el cultivo puede ser evitado simplemente añadiendo de nuevo parte del agua utilizada en un primer momento, para realizar la amortiguación de esta una vez más. No existe otro método mejor para ello, ya que el añadir un producto para solucionar el problema del calcio y el magnesio solo empeorará las cosas con el paso del tiempo, por lo que agregar una mayor concentración de nutrientes es la mejor opción y la más segura.

Lo más importante es que la amortiguación crea una especie de capa en el coco que le permite alcanzar el pH adecuado sin afectar tanto a la disponibilidad de nutrientes. El coco está en constante cambio durante su descomposición y esta capa también puede cambiar y adaptarse. El uso de una solución de nutrientes específicamente diseñada para el cultivo en coco es una parte esencial de este proceso de adaptación y del mantenimiento de la amortiguación, ya que si se aplica una proporción o combinación de nutrientes diferente la amortiguación no perdurará. El mismo problema se dará con el uso de agua corriente, el cual causará la caída de la EC y el cese de la amortiguación. Igualmente importante es seguir la tabla de alimentación y llevar a cabo unos análisis adecuados del coco.

Los estándares no son medidas absolutas, sino referentes por los que nos guiamos en las mediciones. Solo hay un modo de hacernos una imagen real del coco en lo que se refiere a su EC y pH, y es con el método de extracción con cloruro de bario en agua. El bario es un metal alcalinotérreo bivalente que se adhiere fuertemente a la superficie del coco produciendo la liberación de todos los cationes adheridos previamente: sodio, potasio, calcio, magnesio y amonio en caso de estar presente. El nivel de cationes liberados en una extracción de cloruro de bario es una buena medida de la calidad del sustrato en un momento determinado, que nos permite calcular la cantidad de nutrientes que será liberada por el sustrato quedando así disponible para las plantas.

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Solución de problemas que puede entrañar el cultivo en sustrato de coco

El resultado de la medición del drenaje no se puede considerar una medición precisa, solo le servirá al cultivador para hacerse una idea basándose en su experiencia. Cultivar implica conocer algunos datos y un coco equilibrado debería tener las características descritas anteriormente.

Otros de los problemas que hay que tener presentes en el cultivo en coco es tanto la adhesión de nitrógeno como el encontrar el modo de aumentar la aireación del sustrato. Muchos cultivadores reutilizan el sustrato de coco, pero para que la cosecha se desarrolle en óptimas condiciones el coco debe volver a pasar por un proceso de descomposición antes de ser reutilizado. Si la primera cosecha no sale bien o va demasiado rápida el nitrógeno tenderá a adherirse al coco, dando lugar a síntomas de deficiencia de nitrógeno en el cultivo durante una semana aproximadamente.

Finalmente, algunos cultivadores insisten en añadir perlita al medio para que esté más suelto, pero las características físicas de la perlita son muy similares a las del coco y, además de ser posible que no solucione el problema de la porosidad, sí que afectará al perfil químico.

En conclusión, la mejor solución probablemente sea depositar nuestra confianza en una compañía que lleve décadas investigando sobre el coco, que provea con las soluciones adecuadas y que haya introducido en el mercado productos para el cultivo en coco, de modo que podamos utilizar los productos resultado de sus investigaciones y no complicarnos.

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