¡Tenemos a la mayor batalla de comida en el bolsillo!

Llegamos a La Tomatina de Buñol el 27 de agosto junto con otros 22.000 locos fanáticos. Esta era ya la 69 edición de uno de las fiestas más locas del mundo, donde se juntaron más de 16 nacionalidades. Entre todos, convertimos más de 140.000 kg de tomates en papilla.

Una vez has encontrado un lugar entre la multitud de sudorosos, medio desnudos pero muy entusiastas participantes, estás preparado para la llegada de los camiones de tomates. Cuando el primer camión apareció, la multitud se volvió loca. Tomates volando por todas partes. Nosotros cogiendo tomates del suelo para lanzarlos, mientras nos resguardábamos de los tomates que tiraban desde tejados y balcones. Las mangueras y los cañones de agua formaron un gran rio rojo donde todo el mundo pudo jugar y sentirse niño de nuevo.

Aunque te aseguran que los tomates se aplastan antes de ser lanzados, por propia experiencia te podemos decir que ¡un buen tomatazo pica! Pero sí, sin duda, merece la pena.