La estructura del sustrato para macetas determina la cantidad de agua y aire disponible para las raíces. El aire es importante para el aporte de oxígeno a las raíces y a los microorganismos del entorno radical. Las raíces utilizan el oxígeno para el crecimiento y la conservación del sistema de raíces, así como para la asimilación activa del agua y los nutrientes. Para una planta de crecimiento rápido como el cannabis, un aporte óptimo de aire es clave para un buen resultado.
La falta de oxígeno al inicio del cultivo provoca un desarrollo insuficiente de las raíces de forma que el crecimiento se frena y se obtienen cosechas menores. Para prevenir la falta de oxígeno en el entorno radical, este tiene que recibirlo del aire. Fundamentalmente esto se consigue por difusión. La estructura del sustrato para macetas que hay que preparar, dependerá en primer lugar de la calidad de las materias primas. Para obtener un buen sustrato para macetas se tiene que partir de una turba virgen con características estructurales estables.
Turba extraída verticalmente o turba fresada?
Hay dos modos posibles de extraer las diferentes clases de turba. Un modo, más barato pero menos bueno, consiste en cortar en láminas la superficie superior de la turba. Con este sistema no es posible definir la textura. El inconveniente es que la estructura se vuelve muy fina lo cual afecta negativamente a la relación aire-agua del sustrato y provoca un apelmazamiento más rápido de la tierra.
El otro método consiste en extraer verticalmente la turba. La turba que antes se empleaba para cocinar y caldear el hogar se extraía también de este modo. Este modo de explotación es costoso: cuando se extrae el bloque de turba tiene que voltearse a mano para que se seque. La ventaja de este método es que el cliente puede escoger la textura o el tipo de turba. Cuanto más grosera sea mejor será la relación aire-agua del sustrato. Esto procura también un mejor desarrollo de las raíces, plantas más sanas y un apelmazamiento menos rápido de la tierra.
Turbas altas y bajas
Uno de los ingredientes principales del sustrato para macetas es la turba. Se trata de una materia prima de origen secular y natural formada a partir de restos vegetales. La turba se forma en zonas donde, por circunstancias climáticas, los restos de los vegetales se descomponen más lentamente que la formación de la nueva vegetación. De este modo se crea de forma lenta pero segura una capa de sustancias orgánicas que puede alcanzar varios metros de profundidad.
Se distingue entre dos tipos de turbas: las turbas altas y las bajas. Las turbas bajas se forman en zonas ricas en alimentos y agua y bajo la influencia de las aguas subterráneas. Las turbas bajas tienen un grado alto de putrefacción y contienen un índice elevado de lodo, arena y sales nocivas por lo que no resultan adecuadas como sustrato para macetas. En cambio, las turbas altas se forman en zonas pobres en alimentos y con la influencia del agua de la lluvia. Las turbas altas constan principalmente de sphangum (esfango). El esfagno es una pequeña planta que cuando muere brota de nuevo sobre los propios restos. De hecho, en las turbas altas intervienen también restos de otras plantas, por ejemplo, del junco lanudo.
Esfagno
El esfagno resulta muy adecuado como sustrato de crecimiento porque es natural, ligero, limpio y fácil de manipular. Tiene un valor nutriente bajo, su pH oscila entre 3,5 y 4,5 y retiene muy bien el agua (hasta 20 veces su peso). El perfil de turberas altas en la llanura al noroeste de Alemania presenta capas distintas formadas durante períodos diferentes.