Inodora, insípida e incolora. Estas son las características que comúnmente se le atribuyen al agua, pero cuando queremos usarla para regar nuestras plantas tenemos que fijarnos en aquello que normalmente no podemos ver y que se encuentra en disolución. En particular, tenemos que saber la cantidad de sales que contiene ese agua y sobre todo, conocer cuales son. Dependiendo del tipo y cantidad de estas sales, la rapidez con la que un sustrato absorberá una cantidad determinada de este agua se vera mas o menos alterada lo que repercute directamente sobre la cosecha. Haremos un repaso por los diversos problemas que pueden presentarse en relación con la calidad del agua que usemos para regar y cuales son los factores que los provocan..

Salinidad

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Calidad del agua y su efecto en los cultivos
Si echamos una disolución de nitrato de plata en agua del grifo se forma un precipitado lechoso debido a la presencia de cloruros.

La salinidad está considerada como la cantidad total de sales disueltas en ese agua, independientemente del tipo que sean. Conforme un sustrato va secándose, la concentración de sales en el mismo aumenta. Por lo tanto, la cantidad de sales en las que se desarrollan las raíces suele ser superior a la concentración de sales con la que regamos. El efecto directo que produce una alta concentración de sales en la zona radical es que la planta pueda absorber menos agua.

Comúnmente los cultivadores conocen este valor de su agua de riego ya que es fácilmente medible con un electroconductimetro. La electroconductividad EC es un parámetro relacionado directamente con la cantidad de sales que hay disueltas en un liquido y se mide en dS/m o mS/cm aunque en otras regiones están más habituados a medir la cantidad total de solidos disueltos TDS el cual se expresa en mg/l. Hasta una EC máxima de 0.75 mS podríamos considerar, desde el punto de vista de la salinidad, como apta un agua de riego, siendo desaconsejable el uso de aguas a una EC superior.

Toxicidad

También hay ciertas sales que, aunque se presenten en pequeñas cantidades, pueden resultar toxicas para la planta y por lo tanto, producir una merma en la cosecha. Los iones mas comunes que producen síntomas de toxicidad incluso a pequeñas dosis son el cloro, el sodio y el boro.

El efecto perjudicial del sodio no esta solo relacionado con la toxicidad de este elemento sino también con el efecto negativo que tiene sobre la estructura del suelo. En particular, si el sodio supera en 3 veces al calcio, la estructura del suelo o sustrato se altera, de forma que va perdiendo las propiedades adecuadas para el cultivo. Esto provoca, entre otras causas, una disminución de la aireación del sustrato, en concreto de las capas superficiales, y por lo tanto, una disminución en la velocidad de entrada del agua en el suelo (lo que se conoce como infiltración).

Dureza del agua

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Calidad del agua y su efecto en los cultivos
En agua destilada, debido a la ausencia total de sales disueltas, el nitrato de plata no reacciona y no produce ningun precipitado.

Cuando el agua contiene disueltas una cantidad considerable de calcio, magnesio y carbonatos se le denomina agua dura. El calcio y magnesio son sustancias nutrientes imprescindibles para el desarrollo de nuestras plantas, sin embargo, un exceso o desequilibrio de estos nutrientes puede producir alteraciones. Los fertilizantes comerciales contienen una cantidad determinada de calcio y magnesio dependiendo del agua a usar.

Por ejemplo, disponemos de CANNA HYDRO para el uso de aguas duras en sistemas hidropónicos. Esta formulación tiene en cuenta la cantidad presente de calcio y magnesio en ese agua dura.

En el caso de los carbonatos, a mayor cantidad de bicarbonatos más cantidad de ácido tendremos que usar para corregir el pH. La consecuencia directa del uso de una gran cantidad de ácido es el incremento de la EC debido a que los correctores de pH suelen aportar una cierta cantidad de sales como nitratos y fosfatos (a excepción del ácido cítrico). Sin embargo, la neutralización de los bicarbonatos mediante la corrección del pH es fundamental para evitar problemas como la sodización.

Cuando contamos con un agua de riego en el que el contenido de bicarbonatos supera en dos veces la cantidad de calcio y magnesio, estos bicarbonatos precipitan con el calcio y magnesio del suelo o del sustrato. Esto se traduce a la larga en que el calcio y el magnesio desaparezca del sustrato y que el elemento predominante acabe siendo el sodio (en el caso de que este ion este presente, aun en pequeñas cantidades, en al agua de riego o en el suelo/sustrato).

El uso continuado de aguas de estas características provoca que los sustratos acaben con altas concentraciones de Na, alto pH y baja concentración de Ca y Mg. Como consecuencia directa de este fenómeno podemos deducir que si el calcio se encuentra en cantidades insuficientes en el suelo, aumenta la posibilidad de sufrir toxicidad por Na.

Lo contrario ocurre en aguas destiladas, de ósmosis o de lluvia, las cuales suelen contener cantidades pequeñas de bicarbonatos. Cuando a estas aguas más o menos puras añadimos una cantidad de fertilizante, la tendencia será a que el pH disminuya a niveles más bajos de los aconsejados, con lo que tendremos que utilizar correctores para subir el pH (pH PLUS). Si usamos este tipo de aguas se recomienda que se añada calcio y magnesio al agua a una proporción 2:1 (doble de calcio que de magnesio), hasta una EC aproximada de 0,5 mS.

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Calidad del agua y su efecto en los cultivos
Cuanto más dejamos secar el sustrato, la concentración de sales más se incrementa.

Algunos tipos de aguas y sus características:

Agua procedente de descalcificadores

Estos sistemas de tratamiento de aguas son ampliamente utilizados en aquellas zonas con aguas duras o muy duras (con alto contenido en calcio, magnesio y carbonatos). Funcionan mediante intercambiadores de iones los cuales sustituyen el calcio y magnesio del agua del grifo por sodio, el cual no produce incrustaciones en grifos y tuberías. Sin embargo, los altos niveles de sodio que contienen estas aguas descalcificadas las hacen inadecuadas para su uso en nuestras plantas, las cuales son sensibles al sodio.

Agua tratada por ósmosis y/o destilada

Es lo mas próximo al agua pura que podemos obtener. A nivel domestico son ampliamente usados los sistemas de ósmosis pero estos sistemas precisan de un mantenimiento y cambio periódico de filtros y membrana para que el agua producida esté lo mas libre de sales posible.

Agua de lluvia

Recolectar y almacenar agua de lluvia es una buena práctica, ya que el contenido de sales de esta es mínimo. Es practica habitual en algunas zonas recoger este agua en los denominados aljibes. Sin embargo, para mantener la en buenas condiciones se le suele echar de vez en cuando cloro, elemento con el que debemos tener un especial cuidado en nuestras plantas.

Agua del aire aire acondicionado

Este agua procede de la condensación de la humedad ambiental. Aunque en principio debería de contener un nivel muy bajo de sales, dependiendo de los materiales en los que este fabricado el aire acondicionado, este agua puede arrastrar metales tóxicos como cobre o aluminio.

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