Los caracoles de tierra y babosas son gasterópodos que se han adaptado a la vida terrestre. Generalmente, pertenecen a la subclase Pulmonata. Se caracterizan por que la respiración la hacen a través de un agujero que comunica con el pulmón. En los caracoles este orificio está situado en la concha, y en las babosas junto a una estructura endurecida detrás de la cabeza.

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Caracoles y Babosas

Les caracoles poseen una caparazón duro que les sirve como protección y en el que se introducen cuando son amenazados. Los hay de muy diversos tamaños, el más pequeño con 1 mm y el más grande, el caracol gigante africano, pudiendo llegar a medir hasta 30 cm. Segregan una baba o mucosa que les permite mantener su cuerpo húmedo y les ayuda a desplazarse. Se alimentan usando la rádula, el equivalente a una lengua, en la que se encuentra una fila de pequeños dientes con los que raspan los vegetales que consumen. En la cabeza poseen dos ojos en el extremo de un par de tentáculos retráctlies. También poseen un par de tentáculos sensoriales. Son hermafroditas pero necesitan de otros individuos para la fecundación.

Cuando las condiciones no son favorables, o en las horas de máxima insolación, suelen refugiarse debajo de piedras o en cavidades del suelo.

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Caracoles y Babosas

Las babosas se caracterizan por carecer de caparazón y, al igual que los caracoles, segregan una baba que las protege de la desecación y permite su desplazamiento. Tienen forma cilíndrica y pueden llegar a medir hasta unos 10 cm. También poseen cuatro tentáculos. Suelen necesitar de ambientes húmedos para su desarrollo y, generalmente, son de hábitos nocturnos.

Sin embargo, durante épocas secas, se entierran en el suelo donde permanecen inactivas. Como el caracol, son hermafroditas y también necesitan de apareamiento, pudiendo llegar a poner entre 20 y 100 huevos pegados con una secreción mucosa. Los huevos pueden depositarlos sobre la superficie del suelo si las condiciones de humedad son propicias o también pueden enterrarlos, colocándolos bajo materia en descomposición o piedras.

Además, suelen ser portadoras de un nematodo (Angiostrongylus costaricencis) causante de graves patologías en seres humanos. Debido a esto, no se recomienda tocar las babosas.

Estos moluscos se alimentan de tallos y hojas tiernas (aunque también los hay que son carní- voros y se alimentan de otros caracoles y babosas), por lo que las plántulas recién germinadas y aquellas que tienen un tallo herbáceo son las más vulnerables

CICLO BIOLÓGICO

Caracoles

Una vez puestos los huevos, generalmente en las hojas de las plantas silvestres o enterrados, estos eclosionan aproximadamente unos 7-14 días después de la incubación.

Suelen pasar varios meses hasta que estos caracoles recién nacidos se convierten en adultos, momento en el que son fértiles y pueden poner huevos, unos miles al cabo de un mes. Dependiendo de las condiciones ambientales, un individuo adulto puede vivir de unos 5 a 25 años.

En épocas frías, los caracoles se quedan aletargados, permaneciendo en el interior de la concha y sellando su abertura.

Babosas

Los huevos puede permanecer aletargados hasta 6 meses en ambiente secos. Una vez eclosionan, las babosas llegan a su estado adulto pasados unos 2 o 5 meses. También hibernan, agrupándose varios individuos y enterrándose en el suelo o debajo de piedras

MEDIDAS DE CONTROL

Control químico

El producto más utilizado para combatir esta plaga es el metaldehido, una sustancia química que actúa tanto por contacto como por ingestión. Sin embargo, la toxicidad de este principio activo para mamíferos es bastante elevada, siendo tóxico tanto por inhalación como por contacto e ingestión.

Remedios naturales

Las estrategias más utilizadas para combatir estos moluscos es usar cebos o productos que repelen a los individuos que pretenden acceder al cultivo. Podemos citar las siguientes:

  • Realizar un cerco a las plantas que queramos proteger con cenizas de madera o con sulfato de hierro. Cuando los caracoles y babosas entran en contacto con estos productos, por acción de la baba, se produce una reacción que los ahuyenta.
  • Enterrar hasta la superficie unos cuencos conteniendo cerveza. Los caracoles y babosas se sienten atraídos por la cerveza y cuando llegan hasta el cuenco se introducen en él y quedan atrapados, muriendo por ahogamiento.

Control biológico

No se suelen emplear, al menos de manera intencionada, pero algunos insectos como las hormigas se alimentan de sus huevos. También los adultos sirven de alimento a varias especies de aves. Otros animales que se alimentan de estos moluscos son las serpientes, los erizos y los sapos.

Algunos dípteros como (Richardia sp.) han presentado parasitismo contra las babosas.

Medidas culturales

Es fundamental eliminar las malas hierbas cercanas al cultivo, así como los residuos orgánicos y las piedras, ya que es en ellos donde se refugian y ponen sus huevos.