En el suelo habitan infinidad de gusanos, siendo su alimentación de lo más variada. En este caso, vamos a centrarnos en los grupos de gusanos que generalmente afectan tanto negativa como positivamente a los cultivos. Uno de estos grupos son los nematodos, pudiendo encontrar fitopatógenos y otros que sirven como agentes de control biológico.
Los nematodos parásitos de plantas se caracterizan por tener forma alargada, redondeada y no segmentada (como prácticamente todos los nematodos) y de longitud variable, generalmente de pocos milímetros (entre 0,25 y 2 mm). Además poseen un estilete que les sirve para alimentarse, ya que con él penetran en las células del hospedante y succionan sus líquidos. Estos nematodos pueden alimentarse tanto de partes externas de las plantas como internas, teniendo algunos la capacidad de introducirse en el interior de los tejidos del hospedante para alimentarse de ellos.
Los nematodos fitopatógenos pueden atacar tanto a la parte aérea (follaje, ramas, etc.) como subterránea (raíces) de la planta cultivada. Bien sean de un tipo u otro, los síntomas de un ataque de nematodos siempre se acabaran manifestando en la parte aérea ya que un ataque de las raíces y tallos va a afectar directamente al desarrollo de hojas y frutos.
En general, los síntomas que podemos percibir de un ataque de nematodos son:
- clorosis,
- necrosis,
- deformaciones
- y la aparición de agallas tanto en la parte aérea como en la radicular (dependiendo si el ataque es aéreo o subterráneo).
Todo esto conlleva una perdida de producción irremediable.
El daño que los nematodos pueden causar a un cultivo está directamente relacionado con su densidad de población. Es normal que en el suelo habiten varios tipos de nematodos fitopatógenos pero si su población es lo suficientemente baja, el daño es mínimo. Estas bajas poblaciones se consiguen mediante el equilibrio que existen en el suelo entre los nematodos fitopatógenos y sus depredadores naturales como lo son otros nematodos, algunos hongos y bacterias y algunos insectos. Sin embargo, debido al cultivo extensivo, este equilibrio se rompe y es cuando las poblaciones fitopatógenas aumentan.
El control de los nematodos está dirigido a reducir su población bien sea por métodos químicos como biológicos. El reducido tamaño de los nematodos hace que sean necesarios productos químicos que sean capaces de llegar a todos los microporos del suelo. Para conseguir esto se suelen utilizar formulados en forma de gas o que lo liberan. También se han desarrollado agentes de control biológico como algunas bacterias parásitas.
Los nemátodos usados como control biológico se caracterizan por poseer de manera simbionte bacterias productora de toxinas que afectan a los insectos que parasitan. De esta forma, el nematodo Steinernema feltiae busca las larvas de la mosca esciárida o mosca del sustrato para parasitarlas. La mosca esciárida es una plaga de los cultivos cuyo adulto es un pequeño mosquito de unos 3-4 mm de longitud y de color negro. Es muy común verlos revolotear por los invernaderos ya que se sienten atraídos por la humedad, las temperaturas altas y la materia orgánica en descomposición. Los sustratos de cultivo presentan unas condiciones ideales para sus larvas que se alimentan de la materia orgánica y de las partes subterráneas tiernas de las plantas como raíces y tallos pudiendo también introducirse en ellos. Las heridas causadas por estas larvas de mosca esciárida son una puerta para la entrada y posterior infección de hongos fitopatógenos como Fusarium, Pythium, etc. Además, los adultos pueden ser portadoras de las esporas de estos hongos con lo que favorecen la expansión de la enfermedad por todo el cultivo.
Otros gusanos del suelo que causan daños en los cultivos son aquellos que corresponden a larvas de insectos, generalmente coleópteros y lepidópteros. Se suelen diferenciar tres grupos principalmente, gusanos blancos, de color blanquecino, cuerpo carnoso y de forma curvada, los gusanos de alambre, de color amarillento, cuerpo duro y alargado, y los gusanos grises o rosquillas que corresponden a larvas de lepidópteros y que se suelen encontrar en el suelo en forma enroscada. Aunque suelen ser subterráneos, estos gusanos también pueden atacar partes aéreas de las plantas llegando incluso realizar galerías en troncos y ramas.
BIBLIOGRAFIA
- S. PLANES GARCÍA; J.M. CARRERO. Plagas del campo. Mundi-Prensa Libros, S.A.; ed. 2008; 775 páginas
- D. L. COYNE, J. M. NICOL, B. CLAUDIIS-COLE. Nematologia Practica: Una Guia de Campo y Laboratorio. International Institute of Tropical Agriculture 2007.