Uno de los tipos de cochinilla más comúnes que ataca a plantas ornamentales es la cochinilla harinosa. Esta tiende a vivir en grupos, refugiándose en partes protegidas de la planta tales como las estípulas, las vainas foliares, entre los tallos trepadores y bajo la corteza desprendida. Debido a la capa de cera que les cubre y a su tendencia a permanecer fuera del alcance de la vista, resultan difíciles de eliminar. Varias especies de cochinilla harinosa proliferan en invernaderos y plantas de interior, entre ellas la Pseudococcus calceolariae (cochinilla harinosa de invernadero), la P. longispinus (cochinilla de cola larga) y la Planococcus citri (cochinilla harinosa de los cítricos).

Dentro del género Planococcus, la cochinilla harinosa de los cítricos es la que plantea el mayor problema. Fue en 1813, en Europa, y en 1879, en Estados Unidos, cuando se detectó el problema que este tipo de cochinilla suponía para los cítricos y las plantas ornamentales.

Apariencia

El nombre de la cochinilla harinosa deriva del hecho de que desde su tercera fase larval en adelante las hembras se recubren de una sustancia blanca cerosa. Las hembras adultas tienen un cuerpo blando y aplanado de forma oval de 0.25-0.4 cm de longitud y 0.2-0.3 cm de anchura. Pueden ser de color rosado, pero generalmente son blancas, debido al blanquecino polvo ceroso que cubre su cuerpo. Filamentos igualmente cerosos nacen de todo el contorno de sus cuerpos. El macho es un pequeño insecto halado parecido a la mosca, que suele verse con poca frecuencia.

Ciclo vital

La mayoría de las especies son ponedoras de huevos, aunque algunas, especialmente en condiciones de invernadero, pueden dar a luz a pequeñas crías directamente. La reproducción es continua durante todo el año en los invernaderos, decreciendo únicamente en invierno, y pudiéndose llegar a alcanzar hasta ocho generaciones en un mismo año, por lo que varias fases de su desarrollo pueden confluir en un mismo momento, sin embargo, en exterior se suelen dar solo dos generaciones por año. Las hembras ponen alrededor de unos 500 huevos en una bolsa algodonosa que sitúan bajo su cuerpo. Las crías rompen el cascarón tras los primeros 6 a 14 días, y se dispersan en busca de partes de la planta u otros anfitriones apropiadas para satisfacer sus necesidades alimenticias. Algunos tipos, como la de cola larga, no ponen huevos, sino que dan a luz crías ya formadas.

Todas las crías se parecen a las hembras adultas, pero hembras y machos se desarrollarán de modo diferente. Las ninfas hembras aumentan de tamaño con cada muda de piel, alcanzando la madurez en un mes aproximadamente. Por el contrario, los machos pasan primero por dos o tres mudas antes de comenzar su fase de pupas, la cual se desarrollará dentro un delgado capullo del cual saldrán como diminutos adultos con aspecto de mosca.

Daños

El daño causado a la planta por la cochinilla harinosa se produce debido a la cantidad de toxinas o patógenos que esta inyecta a la planta durante su proceso de alimentación. Además, esta cochinilla segrega un producto residual, la melaza, un líquido meloso y azucarado que deposita sobre las hojas, formando una fina y pegajosa película que sirve de medio para el desarrollo del hongo de la fumagina, el cual reduce la capacidad fotosintética de la planta y resulta antiestético. La alimentación de esta cochinilla también puede dar lugar a caída prematura de las hojas y una degeneración agresiva de la planta, pudiendo llegar a acabar con ella si no se mantiene un control.

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La Cochinilla Harinosa - Plagas y Enfermedades
La cochinilla harinosa tiende a vivir en grupos, en partes protegidas de la planta.
Imagen cortesía de Scot Nelson.

Control

Este tipo de cochinilla se suele desarrollar mejor en ambientes cálidos, por lo que, normalmente, no resulta un problema en las plantas de exterior, sin embargo, pueden estar presentes durante todo el año en plantas de interior e invernaderos.

Se debe mantener un control de cultivo adecuado para que las plantas se mantengan fuertes y puedan tolerar una moderada presencia de la cochinilla harinosa sin sufrir daños mayores. Es conveniente no excederse en el riego o la fertilización, ya que este tipo de cochinilla se siente atraída por plantas con altos niveles de nitrógeno y crecimiento moderado. También se puede reducir el número de la colonia evitando que se den zonas donde esta pueda hibernar, tales como las zonas con corteza suelta. Asimismo, algunos insectos predadores como crisopas, moscas sírfidas, mariquitas y varias pequeñas avispas parasitarias se alimentan de este tipo de cochinilla, lo que igualmente puede ayudar a disminuir el número de individuos. Actualmente se comercializa también para invernaderos un escarabajo que actúa como exterminador de la misma. Es aconsejable evitar el uso innecesario de insecticida para minimizar cualquier posible efecto adverso sobre los insectos beneficiosos para la planta. Mantener un control sobre las hormigas ayudará también a evitar un desarrollo de la colonia, ya que las hormigas se sienten atraídas por la melaza producida por la cochinilla y su presencia inhibirá la actividad de enemigos naturales.

El control de la cochinilla harinosa mediante el uso de insecticidas resulta complicado debido a la protección que les proporciona la capa cerosa que la recubre, y a su tendencia a esconderse en los lugares más inaccesibles de la planta. Es en su estado larval cuando la cochinilla es más vulnerable y puede ser controlada fácilmente. Los jabones insecticidas ayudarán a reducir el volumen de la colonia, ya que estos disuelven la capa cerosa del insecto llegando a secarlo, sin embargo, los insecticidas no funcionarán en los huevos, por lo que tendrán que ser aplicados regularmente.