¿Te acuerdas de Popeye con su pipa y sus brazos musculosos? Seguro que sí, pero apuesto algo a que lo que más recuerdas de él es su verdura favorita, ¡las espinacas! Cuando se tragaba una lata de espinacas le creían los músculos inmediatamente volviéndose super fuerte. Popeye fue uno de los primeros superhéroes y las espinacas su combustible, pero lo que él no sabía es que también se estaba protegiendo contra varias enfermedades y dolencias, porque, si no, ¿cómo podría haber permanecido joven durante casi cien años?

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Spinach - Grow it yourself

De hecho, nuestro héroe comedor de espinacas con su debilidad por Olivia hizo algo por esta verdura de hoja verde que ninguna campaña de marketing ha conseguido hasta la fecha por ninguna otra planta. La venta de la Spinacia oleracea se disparaba cada vez que Popeye dejaba K.O. a Brutus, su némesis, después de haber tomado una saludable ración de espinacas. El consumo de las espinacas aumentó un 33% en los Estados Unidos entre 1931 y 1936 conforme Popeye fue aumentando en popularidad. Las comunidades cultivadoras de espinacas erigieron varias estatuas en honor a Popeye y el enorme empujón que este le dio a su industria.

Vitamina A

Para Elzie Crisler Sega, el creador de Popeye, las espinacas no eran una elección cualquiera. Sega era un hombre instruido y se cuenta que su decisión de escoger la espinaca como el alimento que le daba la fuerza a Popeye estuvo basada en cálculos erróneos de su contenido de hierro. Según la historia, en 1870 un científico colocó en el lugar equivocado la coma de los decimales del resultado del contenido de hierro en las espinacas, dándole diez veces más hierro de lo que en realidad tienen. Este error no fue detectado hasta los años 30 y, aunque esta historia ha estado circulando durante un largo tiempo, recientes estudios han demostrado que, en realidad, se trata un mito y que Sega escogió las espinacas como superalimento para Popeye por su alto contenido en vitamina A, pero, cualquiera que sea la verdad tras la historia, lo que sí es cierto es que las espinacas contienen hierro, vitamina A y otros muchos elementos saludables que iremos viendo, pero primero, hablemos un poco de la historia de este delicioso vegetal.

Verdura persa

Se piensa que las espinacas provienen de Persia. Los comerciantes árabes las llevaron a la India y desde allí viajaron a la antigua China, donde se les apodó con el nombre de “verdura persa”. El registro más antiguo disponible de la planta de la espinaca proviene de China, y detalla como fue introducida en el país a través del Nepal en el 647 a.C.

En el 827, los sarracenos la llevaron a Sicilia. Las primeras evidencias escritas de la presencia de las espinaca en el área mediterránea aparecen en tres textos del siglo X, un tratado médico de Al-Razi y dos tratados de agricultura, uno de Ibn Wahshiya y el otro de Qustus Al-Rumi. También fueron objeto de un tratado del siglo XI de Ibn Hajjaj, famoso gobernador árabe. Las espinacas llegaron a ser muy populares en el mediterráneo árabe y llegaron a España a finales del siglo XII, donde el gran agrónomo árabe Ibn Al-'Awwam las coronó con el nombre de “la capitana de las hojas verdes”.

Las rugosas e irregulares semillas de las espinacas llegaron a Alemania en el siglo XIII, aunque la versión menos rugosa de estas no fue descrita hasta el 1552. Es esta versión más suave al tacto y la vista de sus semillas la que se utiliza en la producción comercial de hoy en día. Si te cruzas con la otra versión, por favor, dínoslo, porque nunca la hemos visto en directo. Las espinacas llegaron a Inglaterra y Francia en el siglo XIV, probablemente vía España, y rápidamente ganaron en popularidad, porque aparecieron a principios de primavera, que es cuando otras verduras escaseaban. La espinaca es mencionada en el primer libro de cocina inglés conocido, The Forme of Cury (1930), donde se refiere a ellas como 'spinnedge' y 'spynoches' en lugar de 'spinach' que es como se las conoce hoy en día; se ve que aun no se habían decidido por el nombre.

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Verduras de la realeza

Popeye no fue el único que ayudó a aumentar la popularidad de las espinacas, sino que las familias de la realeza europea también aportaron su granito de arena. En 1533, Caterina de Médici, nacida en Florencia, se convirtió en la reina de Francia y, como le gustaban tanto las espinacas, siempre insistía en que estuvieran presentes en todas las comidas. Es en su honor que a las recetas de platos hechos con espinacas se les denomine “espinacas a la florentina”.

Los beneficios de las espinacas son muchos. Durante la Primera Guerra Mundial los soldados franceses que se debilitaban tras perder sangre incluían en su dieta un brebaje hecho a base de vino con espinacas, y es que estas hojas verdes aportan más nutrientes que cualquier otro alimento si se compara caloría con caloría.

La espinaca tiene un bajo aporte calórico pero un alto contenido en vitaminas, minerales y otros fitonutrientes, lo que significa que si comes espinacas puede despreocuparte de la balanza a la vez que te abasteces de una gran cantidad de nutrientes. Esta capitana de hojas verdes es una fuente excelente de vitamina K, A, C, B12 y B6, así como de magnesio, manganeso, hierro, calcio y potasio. También lo es de proteínas, fósforo, vitamina E, zinc, fibra dietética y cobre, además de selenio, niacina y ácidos grasos omega-3.

Disponible en cualquier sitio

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Otro beneficio de las espinacas es que las puedes encontrar en casi todo el mundo. Con su sorprendente perfil de nutricional, las espinacas son un increíble superalimento, y a pesar de ello las puedes encontrar en el mercado o cultivarlas tú mism@ y a buen precio. También destacan por ser muy versátiles en la cocina, puedes comerlas crudas en ensalada y o hacerte un batido con ellas, hervidas o al vapor, o añadidas a las sopas y otros platos.

Pero aun no hemos terminado de relatar la grandeza de las espinacas, ya que, además están cargadas de flavonoides, que atraen antioxidantes, protegiendo así el cuerpo de los radicales libres. Los investigadores han descubierto al menos 13 compuestos flavonoides diferentes que actúan como sustancias para prevención del cáncer, y la variedad de nutrientes que ofrecen ayudan enormemente a prevenir cualquier tipo de enfermedad.

Comer espinacas puede igualmente ayudar a proteger tu salud gastrointestinal ya que los beta-carotenos y la vitamina C protegen las células del colon de los dañinos efectos de los radicales libres. Las espinacas también pueden ralentizar el deterioro del funcionamiento del cerebro relacionado con la edad, por lo que te aconsejamos que las comas y sigas haciendo esos crucigramas para mantener el cerebro ágil y joven. Pero ¿qué me dices del hierro?, la razón por la que se piensa que las comía Popeye.. Este mineral es especialmente importante para la menstruación de las mujeres y el crecimiento en niños y adolescentes. En comparación con la carne roja, la espinaca aporta muchas menos calorías, cero colesterol graso y es una excelente fuente de hierro. Debido a que el hierro es un componente de la hemoglobina, la cual lleva oxígeno a todas las células del cuerpo, es esencial para mantener unos buenos niveles de energía, así que, aunque el comerlas no nos va a proporcionar el efecto que a Popeye, no deja de ser de lo mejor que podemos tomar.

Cultivemos capitanas de hojas verdes

Bueno, ya sabes todo lo que tienes que saber sobre las espinacas y, aunque son baratas, igual te apetece cultivarlas tú mism@. Si te gustan las ensaladas de espinacas y los huevos a la florentina quizás haya llegado el momento de cultivarlas tú mismo para que nunca te falten.

Las espinacas necesitan frío para desarrollarse, pero si eliges el momento de siembra con cuidado y buscas variedades resistentes, podrás cultivarlas en cualquier lugar del mundo, así que ¡ve a por las semillas! Escoge un lugar que sea muy soleado cuando llegue el frío y parcialmente sombreado cuando este pase. El suelo debería ser ligero, fértil y que retenga la humedad.

Siembra las semillas de espinacas directamente en la tierra tan pronto como se pueda trabajar en ella, normalmente, en cualquier momento entre 4-8 semanas antes de la última helada. Planta las semillas a 1.3 cm de profundidad y dejando 5 cm entre ellas en filas anchas. Para poder recolectar constantemente siembra cada dos semanas hasta que las temperaturas alcancen una media de 23ºC. Comienza sembrando a mitad de agosto si te encuentras en una zona de clima frío o más tarde si no es el caso. Mantén el suelo húmedo y fertiliza con té de compost o emulsión de pescado cada 10 días hasta que alcancen los 15 cm de alto. Corta las hojas de espinacas externas según las vayas necesitando, o recolecta las plantas enteras cuando hayan alcanzado la madurez y antes de que comiencen a florecer. Si ves que se comienzan a formar capullos en el centro corta la planta entera inmediatamente.

Receta: Espinacas de Popeye al ajillo para dos

Aquí tienes una deliciosa receta que te ayudará a dar uso a todas esas espinacas que tienes en la despensa. Utiliza una cucharada de aceite de oliva virgen extra, una bolsa de espinacas frescas, tres dientes de ajo medianos tirando a grandes pelados y cortados en rodajas muy finitas, una pizca de sal marina y una cucharadita de mantequilla sin sal. Calienta el aceite en una sartén a fuego medio-bajo y añade la mitad de las espinacas y la sal. Remuévelo hasta que la mayoría de las hojas se oscurezcan y añade el resto de espinacas removiendo bien de nuevo. Quita la sartén del fuego, añade la mantequilla y ¡listo para servir!

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