Bugs Bunny ha sido el terror de las pequeñas zanahorias, pero, gracias a él, varias generaciones de niños y niñas de todo el mundo han aprendido lo buenas que son las zanahorias para la salud. Y es que las zanahorias, al estar cargadas de algo tan saludable como el beta-caroteno, favorecen la salud de nuestra vista -especialmente la visión nocturna- y, además, ayudan a combatir la dañina actividad de los radicales libres. Fáciles de empaquetar y transportar, las zanahorias son un elemento nutritivo y bajo en calorías indispensable en una dieta saludable, y para consumir a cualquier hora del día.
La reina de lo crujiente, científicamente conocida como Daucus carota, es una hierba bienal de la familia de las apiáceas cultivada por su raíz comestible. No mucha gente sabe que la raíz también produce flores maravillosas si la mantienes bajo el suelo durante un segundo año, pero es que muy pocas zanahorias llegan a alcanzar ese estado. Las zanahorias son de la familia de los nabos, el hinojo, el perejil, el anís, la alcaravea, el comino y el eneldo. Las hojas de la planta de la zanahoria pueden llegar a alcanzar una altura de 1,5 m cuando florecen y sus raíces tienen una textura crujiente y dulce con un sabor aromático mentolado, mientras que sus hojas son ligeramente amargas. Sí, has leído bien, las hojas también se comen, así que ¡deja de tirarlas!
Las zanahorias están repletas de valor nutricional, pueden procesarse de numerosas formas y pueden ser almacenadas durante meses, lo cual hizo que desde un primer momento se hiciesen muy populares en cualquier lugar al que llegasen desde sus países de procedencia, Irán y Afganistán. Son incontables los botánicos que, durante su periplo a lo largo de siglos y continentes, han conseguido mejorar la composición, apariencia, sabor y tamaño de las ancestrales zanahorias.
Todos estamos familiarizados con el intenso color naranja de nuestra reina del crujido, pero la zanahoria que conocemos hoy en día no fue cultivada hasta el siglo XVI, cuando los cultivadores holandeses, partiendo de unas cepas mutantes de la zanahoria morada, desarrollaron la dulce, rechoncha y anaranjada variedad que conocemos hoy en día. Antes de esto, prácticamente todas las zanahorias eran moradas con versiones mutantes apareciendo de cuando en cuando, incluyendo sus versiones amarilla y blanca.
Se piensa que la razón por la que la zanahoria naranja se hizo tan popular en Holanda es porque fuese un tributo a la Casa de Orange-Nasau ('Orange' significa naranja) y su lucha por la independencia de los Países Bajos, lo cual podría ser verdad, pero también podría ser porque las zanahorias naranjas que los holandeses desarrollaron eran más dulces y grandes que su versión morada, es decir, plantas con más alimento y de mejor sabor.
Hoy en día, el mayor productor y exportador de zanahorias en el mundo es China. Solo en 2.010 fueron producidos 33,5 millones de toneladas de zanahorias y nabos a nivel mundial, de los cuales 15,8 millones de toneladas se cultivaron en China.
Olvídate de esas pastillas de vitamina A, porque con este crujiente y potente alimento anaranjado dispondrás de toda la vitamina A que necesitas además de otras aportaciones beneficiosas para tu salud, entre ellas, para la de tu vista, ya que las zanahorias son realmente buenas para nuestra salud ocular, y no se trata de un cuento de viejas, sino de su riqueza en beta-caroteno, el cual es convertido en vitamina A en el hígado, y es en la retina donde la vitamina A es transformada en rodopsina, un pigmento morado necesario para nuestra visión nocturna.
El beta-caroteno también protege contra la degeneración macular y las cataratas características de la vejez. Un estudio mostró que las personas que consumen más beta-caroteno corren un 40% menos de riesgo de degeneración macular que aquellas que lo consumen poco. Además, la vitamina A también ayuda al hígado a segregar bilis y expulsar toxinas fuera del cuerpo, favoreciendo así cualquier proceso natural de desintoxicación. El alto contenido en fibra de las zanahorias también ayuda a regular el sistema digestivo.
Pero eso no es todo. La vitamina A también favorece la salud de la piel, porque la protege de los daños del sol. Una deficiencia de vitamina A provocará sequedad en la piel, pelo y uñas. Del mismo modo, la vitamina A previene las arrugas prematuras, el acné, la sequedad, las manchas y las imperfecciones en la piel, así como los desequilibrios en el tono de la misma.
El mejor momento para plantar las semillas de zanahoria es a principios de primavera (febrero, marzo o abril) y lo idóneo sería no recolectar hasta finales de verano (agosto o septiembre). Para conseguir los mejores resultados con tu cosecha, cultiva en un suelo arenoso que drene bien y que no contenga de piedras. Para preparar el suelo para la siembra cava primero la tierra para soltarla y remuévela, después añádele fertilizante. El clima, las condiciones del suelo y su edad afectarán al sabor de tus zanahorias. Los expertos dicen que días cálidos, noches frías y una temperatura del suelo media son las mejores condiciones para que las zanahorias sepan de maravilla. También les vendrá bien la humedad, por lo que deberían ser regadas con regularidad para asegurarnos de que el sustrato no se seque. Añadir mantillo alrededor de las plantas ayudará a conservar la humedad y a reducir la aparición de malas hierbas.
Las zanahorias necesitan tiempo para desarrollar todo su contenido azucarado, que es lo que les da su sabor. Si se las recolecta demasiado pronto, no contendrán demasiada azúcar, pero tampoco si se hace demasiado tarde. El mejor modo de saber si una zanahoria está lista para ser cosechada es por su color, por lo general, cuanto más intenso sea su color mejor sabrán. La mayoría de la gente no sabe que las zanahorias pueden ser cultivadas durante los meses de invierno también, ya que si el invierno no es demasiado frío como para congelar el suelo, puedes cultivar y cosechar zanahorias del mismo modo que en los meses de verano. Y si hubiese posibilidades de congelación del suelo, simplemente cúbrelo con una gruesa capa de hojas o paja para evitar que esto ocurra, después podrás retirar esa cubierta y recoger las zanahorias según las vayas necesitando.
Tus zanahorias estarán listas para ser cosechadas entre 12-16 semanas después de la siembra. Recógelas tan pronto como hayan crecido lo suficiente para ser consumidas, no busques conseguir las raíces más grandes que puedas o estarás sacrificando el sabor en pro del tamaño. Las zanahorias son cosechadas escavando cuidadosamente alrededor de la planta para dejar al descubierto la punta de la raíz y, de nuevo con cuidado pero con firmeza, tirando de la raíz hacia afuera, agarrando la zanahoria justo por encima de la raíz. Las zanahorias deberían ser lavadas y sus hojas cortadas antes de refrigerarlas en bolsas herméticas. También pueden ser almacenadas en tierra húmeda para mantenerlas frescas hasta su consumo.
¿Puedes olerlo? Es el olor de la sopa de zanahoria. Si no estás cultivándolas tú mism@ aun, corre al mercado y hazte con unas cuantas reinas para hacerte una estupenda sopa con ellas.
Paso 1: Saltear las verduras en aceite de oliva hasta que se ablanden. Añadir el caldo de pollo o verduras y agua hasta cubrir las verduras y hervir a fuego lento durante treinta minutos o hasta que todo se haya ablandado. Añadir sal y pimienta y tus hierbas favoritas.
Paso 2: Haz un puré con todo y vuelve a volcarlo en la sartén para calentarlo de nuevo. Añade una pizca de zumo de limón y una cucharada de queso cottage. Ese es el modo de tratar a una reina.