El ciclo vital de la mosca blanca dura entre 15 y 40 días, dependiendo de las condiciones medioambientales, y particularmente de la temperatura, ya que los huevos alcanzarán su madurez más rápidamente con temperaturas más elevadas. La mosca blanca suele poner sus huevos en el envés de las hojas, quedando estos adheridos.
El daño directo es causado a la planta en el proceso de alimentación de la mosca blanca. Las zonas donde el insecto succiona la savia quedan decoloradas y a su vez, transmiten sustancias tóxicas al floema que se expandirán por toda la planta, dando lugar a desajustes metabólicos, un debilitamiento general, clorosis y cambios en flores y frutos. Los daños indirectos se producen debido a que la melaza excretada por las ninfas puede dar lugar a la aparición de concentraciones fúngicas en las hojas, como la fumagina, formada por el hongo Capnodium sp, que actúa a modo de pantalla, reduciendo así la capacidad de fotosíntesis de la planta. Sin embargo, el daño más severo producido por la mosca blanca es la transmisión de virus.
Uno de los principales objetivos del control de la mosca blanca es evitar que la cosecha se vea infectada por alguno de los virus que estos insectos puedan transportar, por lo que es importante eliminar las malas hierbas o restos de otras plantas cercanos a la cosecha, ya que estos pueden servir de hábitat para la mosca blanca. Además, si una mosca blanca se alimenta de una mala hierba infectada con un virus y después pasa a alimentarse de tu cosecha, esta quedaría rápidamente infectada también por ese virus. El uso de barreras protectoras como redes y cubiertas es una buena alternativa para prevenir infecciones, así como lo es rociar las plantas con CANNACURE.
Varios insectos entomófagos, parásitos y algunos hongos entomopatógenos pueden ser utilizados para el control de la mosca blanca. La mayoría de los depredadores se alimentan de los huevos y las ninfas de este insecto, incluido el escarabajo Delphastus catalinae. La larva de la crisopa y algunos tipos de chinches también resultan una buena herramienta natural para el control de esta plaga. Las pequeñas avispas de la familia Aphelinae son parásitos de la larva de la mosca blanca. Las avispas ponen sus huevos en la larva y se desarrollan alimentándose de ella. Rociando la planta con CANNACURE también se puede alcanzar el control de esta plaga.